Si hay un momento que decide el clásico de anoche es cuando en el minuto 62 Ramos derriba a Neymar dentro del área en el momento que encaraba a Diego López. Le zancadillea queriendo o sin querer pero lo hace. No hay discusión penalti y expulsión.
El de Camas, tan bueno és como a veces tan poca cabeza tiene y ayer así fue. No puedes salir y decir que no lo tocas cuando lo tiras, y te excusas en el árbitro cuando no quieres reconocer el error. Cuando haces eso sabes que es expulsión y medio gol, y digo yo, no sería mejor que acabara la jugada pasase lo que tuviese que pasar y si es gol pues con once volver a pelear el partido como había hecho hasta ahora. Lo dicho, falta de cabeza que decidió un partidazo y quitó espectacularidad, ya que a partir de ahí solo hubo un equipo.
El Partido.
Ya en el partido se puede definir como una oda al fútbol hasta el momento de la expulsión. Fue una pelea de boxeo, dándose golpes uno al otro en cada una de las porterías. Un hermoso espectáculo donde más que reinar las delanteras, las defensas eran una "fiesta".
Un hombre que participó más que ninguno fue Iniesta. El de Albacete sólo daba amor. Cada vez que tocaba la pelota sabías que algo bueno iba a pasar y así fue. Un escándalo.
Otros dos que sobresalieron sobre todo en la primera parte, que se asociaron y parecían un martillo pilón fueron Di María y Benzema. Dos goles casi idénticos. Gran jugada individual por banda izquierda, Alves sin oler la bola y el Fídeo sonriendo cada vez que llegaba a línea de fondo para ponerla, donde ya estaba con la caña prepara ese señor francés que tiene más clase que nadie como demostró en el segundo gol.
En la lucha de extraterrestres Messi fue el mejor. Cristiano estuvo muy apagado. El argentino sin aparecer tanto como en otras grandes citas hizo historia marcándole un hat-trick al eterno rival y dejando la liga apretadísima y para que no nos movamos de las sillas.
En definitiva, un Real Madrid que le hizo mejor al presionar la primera línea del Barça que fue donde se hicieron fuerte los de Ancelotti estando un punto por encima de intensidad. Y los del Tata que se apoderaron de los espacios entre líneas que dejaron los blancos y cada vez que llegaban a tres cuartos de campo siempre pasaba algo en la portería de Diego López.
Hay liga, amigos, y el líder no son ninguno de estos dos. Buscarlo que está escondido y puede hacer algo grande. Avisarlo porque aún no se ven la alternativa